POOL, EL PACÍFICO GUARDIÁN DE FARELLONES

Pool en imagen publicada por el diario "La Nación" del miércoles 30 de junio de 1954, acompañado por el entonces pequeño Ricky Leatherbee.

A unos 36 kilómetros de Santiago, la villa cordillerana de Los Farellones ya estaba convertida desde los años treinta en el centro de esquiadores que sigue siendo, aunque faltaba bastante aún para volverse el extraordinario complejo turístico actual. Además de inmigrantes del norte de Europa venidos a estas tierras, mucho habían tenido que ver en aquello algunos ciudadanos alemanes y suizos que llevaron hasta aquellos refugios los primeros esquíes de madera y botas para nieve hechas por talabarteros.

Tras la construcción del Refugio N° 1 durante la misma década, seguida de la aparición de los primeros loteos y hoteles, los viajeros llegaban en buses o góndolas rodadas hasta el complejo, algunos de ellos salidos desde el sector más céntrico de Santiago. Y así, recién pasado el medio siglo XX, los viajeros que bajaban en la terminal del refugio eran saludados en ciertas temporadas por la enorme y simpática mascota de las ya más desarrolladas instalaciones: Pool, el perro cordillerano.

De entre los canes que existían en Farellones y que no debieron ser muchos, Pool destacaba por sus proporciones y una estampa encantadora. Como lugar de tanta influencia helvética, además, este colosal San Bernardo paseaba tranquilamente por sus blancos territorios durante los períodos de actividad en que era llevado hasta allá. Y aunque intimidaba por su corpulencia, es seguro que muchos no resistieran la tentación de acariciar aquel peluche de unos 80 kilos.

Pool había llegado durante el año 1953 al país, traído desde Canadá para servir en labores específicas de su raza canina dentro del maravilloso escondite andino. Cumplía eficientemente con sus funciones y también se volvió una compañía grata para todos quienes trabajaban en el lugar, convertido en la principal mascota del centro turístico según parece. La vida de Pool transcurría así entre la tranquilidad montañesa, sus cuidadores y los rostros de miles de personas que llegaban en cada temporada invernal del Valle Nevado.

Fotografía tomada en Farellones el 9 de julio de 1952, perteneciente al Archivo Ester Saavedra. Publicada en el sitio de imágenes históricas En Terreno.

Postal con el antiguo aspecto del complejo de Farellones, del Archivo Francisco Calaguala. Atrás, junto a la casa de piedra, se ven otros perros habitantes del lugar. Publicada en el sitio de imágenes históricas En Terreno.

Un día de aquellos, sin embargo, cuando Pool era trasladado en un camión, en una torpeza del noble gigante saltó o cayó desde el mismo transporte dando barios tumbos contra el duro suelo y quedando bastante averiado, en consecuencia. Las heridas fueron serias y el hermoso San Bernardo permaneció en recuperación durante algún tiempo, ya sin poder regresar por lo pronto al centro turístico, mismo hasta donde llegaban los pasajeros esperando encontrar a la gran mascota.

Pocos meses después, en junio de 1954 y ya estando recuperado Pool, reporteros de periódicos subieron hasta Farellones para cubrir el campeonato llamado Slalom para Novicios que se realizaba en el lugar. La ganadora de aquel encuentro fue Eagnhild Geleerblom, del Club Alemán de Excursionismo, mientras que en varones ganó Mario Vera, de solo 12 años y miembros del Club Gastón Saavedra. Sin embargo, a los corresponsales del diario "La Nación" allí destacados llamó la atención también el enorme can, no conteniendo sus ganas de fotografiarlo y publicar una pequeña nota curiosa sobre el mismo, en la que decía:

Ha partido a Farellones para hacerse cargo de su puesto de guardián, de pacífico guardián, que habrá de velar por la seguridad de cuantos lleguen a este sitio de invierno, el más popular de cuantos hay en nuestro país.

El encanto de Pool apareció así en aquel medio de comunicación en su edición del miércoles 30 de junio. Además de su reseña, se luce retratado en la imagen junto al pequeño Ricardo Ricky Leatherbee, el hijo de la ex campeona nacional de esquí Mimí Gacitúa.

El cariñoso perro continuaría trabajando en Farellones durante cada temporada de nieves, en lo sucesivo. Y, siguiendo la inclinación familiar, Leatherbee llegaría a ser un destacado exponente de este mismo deporte y exitoso un hombre de empresas relacionadas precisamente con los centros de esquí.

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